viernes, mayo 25, 2007

Correo desde Nueva York 3

Bueno, primero que todo tengo que pedir disculpas por la falta de tildes y de aquella letra que va entre la n y la o, y que realmente no pareciera server mucho, pero como con muchas cosas (ahora veremos con mayor profunidad), se extranan cuando no se tienen (vieron!!!! Ahi falto, y aqui la tilde).

Segundo que todo, si estan mamados, no olviden responder este email con una cortes peticion que diga "no moleste, su vida me importa poco, ni que estuviera en la luna como para echar tanta lora". De otra manera, lean.

Creo que lo mas importante que tengo que contar es que me he dado cuenta que llevo un 10% del tiempo que debo estar aca. Bueno, siendo estrictamente rigurosos, llevo 9.999.% del tiempo pero, como me enseno (vieron, otra vez!) el profesor de fisica, es mejor redondear, si no nos volvemos locos con numeros estupidamente largos. En este caso, la cifra es interminable.

Bueno, el hecho es que llegue a esa conclusion despues de durar mucho tiempo pensando sobre la mejor forma de sentir que el tiempo pasa mas rapido. Quiero estar aqui y quiero aprovechar cada segundo de experiencia neoyorquina que pueda. Pero al mismo tiempo, quiero que el tiempo pase lo suficientemente rapido para estar en Bogota. Extrano mis ciclorrutas y mis bicicletas. Ah, a ustedes tambien, tranquilos (como si uno extranara a un mocoso de novio, amigo, primo o familiar que de milagro les habla mas de cinco minutos sin distraerse o cambiar de tema).

La semana pasada estuo algo caliente. Bueno, la verdad esque estuvo DEMASIADO caliente para mi gusto. Les recuerdo que vivi en Chia durante uno que otro ano, y que salia en camiseta a las 5 a coger el bus lobazo del man que salia por la puerta gritando "Bogota, hay puestos!", entonces el calor no es que sea mi clima favorito. Es mas, el frio es mi clima.

En un tema relacionado, durante esta semana recorde un libro o pelicula (que no he visto) que se llama "las bicicletas son para el verano". Quiero decirle al autor, que ojala haya muerto del calor en la mitad de un desierto, que es un imbecil. Como puede decir que las bicicletas son para estar ensopado de sudor mientras los rayos de sol nos torturan, y al mismo tiempo la humedad no nos permite secarnos la frente con la camiseta (ay, no tiene nada, no moleste) porque esta demasiado mojada. Guaca! Lo rico de montar en bicicleta es poder sentirse calientico. Saber que cada pedalazo no s aleja del inclemente pero delicioso frio, que la recompensa por todo ese ejercicio es poder llegar a nuestro destino sin camiseta, y reirse ante los demas cuando dicen "hoy esta haciendo como frio, no?" Bueno, lo importante de todo esto no es la oportunidad que uno tiene dia a dia de reirse de los demas (que de otra parte tambien es de muy mal gusto y no se les ocurra hacerlo nunca), sino llegar a la siguiente conclusion: las bicicletas son lo maximo, pero no como para decir que son para el verano de buenas a primeras. Si, una mujer ligera de ropas andando en su bicicleta por la mitad de una calle soleada puede ser muy atractiva, incluso una ciudad donde eso suceda puede ser denominada como "una donde yo viviria". Pero uno no se da cuenta que la pobre vieja acaba de salir de su casa, que queda a dos cuadras, y ya en diez metros va a estar tirando la toalla y diciendo que no quiere seguir montada en ese aparatejo, que prefiere el carro, y comienza a sudar, empapando la bisagra de la camisa entre su brazo y su tronco por el excesivo sudor.

No obstante todos estos inconvenientes, he decidido montar en bicicleta para todas partes. Las razones son variadas. La primera de ellas es que cuando uno tiene que pagar 4 dolares diarios para dos viajes (si, hay tarjetas mas baratas, pero igual es mucha plata), otra alternativa de transporte seria viable. Una segunda razon es que esta ciudad hay que verla. Es mucho mas emocionante pasar el puente por la ciclorruta, despues ir por la via de la costa hasta la oficina, que bajar al subterraneo, olfatear donde puede estar el tren que necesita, montarse y bajarse en la otra estacion, olfateando una vez mas la salida. En tercer lugar, me gustan las bicicletas. Y como era de esperarse, tengo bicicleta (algo que, de no ser asi, estaria todavia andando en el bendito metro). Esto tiene que ser extendido un poco en el parrafo que continua.

Bueno. el martes, o el lunes, el dia que sea, llego una senora a la oficina, a quien yo ya habia visto en la reunion toda chevere del otro dia. Le habiamos dicho que yo acababa de llegar, y que queria una bicicleta. Ese dia ella llego y me dijo que tenia una propuesta. Me pregunto si yo sabia algo de mecanica, e inmediatamente agradeci todo el tiempo que trabaje en el almacen de bicicletas, y que preferia arreglar bicicletas que venderlas. "Of course", le dije. Y entonces comenzo a hacerme preguntas capsiosas sobre arreglos de bicicletas. Cuando le respondi que podia armar una rueda (no poner la llanta, sino meter los radios) y centrarla, se terminaron sus dudas, y me boto la pelota (Traduccion del autor):

"Tenemos un programa los jueves por la tarde que se trata de arreglar bicicletas que han donado, para despues entregarlas a ninos de bajos recursos. Si tu nos ayudas durante los jueves, te regalo una bicicleta. Tenemos una Schwinn [wujuuuuu, pense], y podriamos dartela. Que te parece?"

En este momento, senti que mi cara se estiraba en magnitudes excesivas, y me di cuenta que era una sonrisa innata, con ojos y todo (para mayores explicaciones, vease Pardo, 2003). Le respondi, casi con un grito, que claramente, que le ayudaba a armarlas, lavarlas, lijarlas, hasta a desengrasar una cadena si era necesario, todo con tal de tener una Schwinn!!!!

Hasta el jueves estuve sonando con mi Schwinn, y me imaginaba como podria ser esa bicicleta. Siempre tuve presente que tenia que ser buena, no se por que pense que iba a ser nuevecita o poco vieja, pero siempre estuve englobado por eso. Al llegar el jueves al lugar, pregunte por ella, y la llamaron, pero se demoro un poco en llegar. Disimuladamente comence a mirar las bicicletas que tenian colgadas en la entrada del almacen, todas usadas. Y ninguna encajaba con la que yo esperaba (no tenia una imagen perfecta, pero si una silueta con fondo negro donde tenia que encajar, y ninguna de estas bicicletas encajaban en la mia). Todas eran viejas, feas, oxidadas, UY UNA CANNONDALE. Ah, pero esa no es.

Cabizbajo, encontre la bendita Schwinn. Y resulto ser una bicicleta mas fea que la de un man que reparte domicilios (no tengo nada contra ellos, solo contra sus bicicletas), mas vieja que .. bueno que alguien muy viejo para no ofender a nadie, y roja tostada (tostada por los veranos que habra sufrido desde 1550, sera). Y salude a la senora, sin preguntar por ninguna bicicleta. En ese momento tome la decision de usar la bicicleta que Jonas me habia prestado (que por alguna extrana razon me comenzaba a parecer la bicicleta mas linda del mundo en ese preciso instante), y que iba a trabajar para ayudarlos. El cuento era de 7 a 9, pero claramente yo habia llegado a las 6 porque pense que me iba a perder en el metro (me perdi, pero como iba para un almacen de bicicletas, fui halado hacia a el como un iman hacia una nevera, o una cuchara a un iman, o algo metalico a algo imantado).

Despues de 4 horas y quince minutos de lidiar con personas de buena fe pero que sinceramente sabian poco de mecanica (tanto que yo era el que mas sabia, y ya me habia tirado un tenedor al tratar de meterlo en un marco), eran las 10 y media, y tenia que irme. Todos comenzaron a empacar, y la senora me dijo que escogiera bicicleta.

Nunca habia tenido una decision mas dificil en mi vida. Fue una caida hacia la humildad ciclistica, algo que nunca habia hecho. Siempre he buscado bicicletas que me dilaten las pupilas o que me hagan abrir la boca. Ahora, con la boca cerrada y sin la esperanza de verla abrirse, tenia que escoger una bicicleta entre esta parranda de merras.

Dos minutos despues (claro, supe que eran dos minutos porque vi el reloj, pero ese momento de decision duro anos), escogi una Murray CON FRENO DE HERRADURA. La silla estaba muy bajita y no se pudo subir nunca, y pesaba mas que el carro de mi mama. Sali con aquel yunque a rastras, y un joven bastante formal me acompano hasta una esquina cercana a mi casa. Para que comprendan el susto con que ande esa noche, les debo contar que, a media cuadra de esta casa, hace cinco anos mataron a una senora a punaladas (bueno, eso fue hace rato, y no iba en bicicleta). Bueno, seguro con esto mi mama ya esta pegando el grito en el cielo que estoy desamparado en la mitad de la nada, ante un mar de delincuentes. Ma, es verdad, pero no te preocupes, tambien vivimos en la 57 con paredes verde menta y piso de marmol, entonces con esto no hay porque preocuparse. Ademas, despues del closet, este lugar es lo maximo (para recibir fotos, enviese una carta solicitandolas al remitente). Y a la senora la mataron hace cinco anos, esta ciudad ya no es asi, y este barrio ha rejuvenecido, ahora hay luces en las calles y ninos jugando, y la gente se saluda cuando se ve pasar.. bueno, eso es mentira, pero el barrio es bien.

Entonces dejemos el tema de la bicicleta en eso (ya tengo un poco de mareo) y sigamos con el tema de la nueva vivienda. Un primer comentario que debo hacer es que me di cuenta que descargar una maleta da un sentido de pertenencia a un lugar. Si, eso es. Dure una semana y media durmiendo perfectamente en un minusculo closet con sofa verde biche que debia doblar todas las noches, y no me molesto tanto. Pero cuando llegue a este sitio y meti la ropa en el cuarto, comence a sentir que habia llegado a esta ciudad. Senti como si hubiera descargado el peso que llevaba en el aeropuerto, que por fin estaba en un sitio. En resumen, tengo un piso sobre el cual camino, que no tenia antes de llegar aca.

Cuando llegue, espere durante cinco minutos a mi anfitriona (hermana de mi anfitrion), y me mostro todo (ya lo habia visto, pero no importa, ahora era real). Me dijo cosas basicas, y lo mas importante, me dijo que podia coger cualquier libro... LIBROS! Tienen una selecta biblioteca con Eco, Cortazar, Foucault, y otras cosas como mamonas, ah y Calvino y Voltaire. En ese momento me tuve que pellizcar para darme cuenta que estaba en la vida real (tranquila, ma, no paso nada, ya cicatrizo la profunda herida causada por el autoflagelamiento). Acto seguido, comence a dejar mis cosas... Ah no, eso no. Devuelvan el cassette. Cuando entre, la joven johanna me dijo que fuera a sacar copia a las 4 llaves, mientras ella movia su desorden (que estaba en mi actual cuarto) a su nuevo cuarto, igualmente desordenado. Despues de eso si comence a dejar mis cosas, me sente un ratico, conversamos, fuimos a comer a un sitio por ahí, y despues dormi. Delicioso. Como un bebe. Como si nunca antes hubiera dormido. Bueno, calma con la romanticoneria. Hay mas cosas.

Bueno, tengo que terminar de contar lo de la casa, por lo menos. Tiene Internet, cocina, TELEFONO (718 783 1771, por si acaso) y un colgandejo en forma de semaforo para prender la luz del bano. Mas chevere! duermo en un pequeño altillo, y ya. Las escaleras para subir al piso nuestro son tan empinadas que uno siente como si estuviera en ese cuadro de escher de los munequitos dando vueltas. Y les recuerdo que tengo que subirlas con bicicletas, y les recuerdo el yunque de chanda que me regalaron (no deberia ser tan duro con la pobre, me la regalaron, soy un orgullloso dueno de una bicicleta que su dueno boto por hedionda, como a Grenouille en El Perfume, sino que pesada). Eso es todo por ahora con el lugar de vivienda.

Como penultimo acontecimiento (recuerdo, esto no tiene intenciones de ser una cronica, es simplemente una enumeracion de hechos con un apice de comentarios de quien los ha vivido. No creo que pueda ser calificado de escritor, sino de lorudo), el viernes fui invitado por Camila al museo de fotografia (bueno, invitado no, fui con ella y con su hermana). Entramos al sitio (yo no sabia que exposicion habia), y pagamos. despues de recibir las vueltas de la boleta de SIETE dolares, nos dimos cuenta que media hora despues (eran las 4 y media), la boleta hubiera podido costar 50 centavos de dólar, porque era una contribucion voluntaria. Despues de que la hermana de Camila nos dijo eso, mis dientes superiores encontraron los inferiores y se dieron a conocer la rabia de su dueno.

Pero, lo bueno era que la exposicion era de fotos de Lewis Carroll (el autor de Alicia en el Pais de las Maravillas, por si aca), y estuvo bien chevere! Claro que coritico, y por esa plata hubieramos podido.. bueno, no estaba tan caro, con esa plata simplemente hubieramos comprado siete cocacolas, y no era el momento, ademas imaginese uno estar en plena capital del mundo y gastarse la plata en siete cocacolas. No senor! Esta ciudad no es para eso! Uno tiene que gozarsela, como es posible que uno coma en este sitio, si este sitio esta plagado de gente, de maravillas, de edificios y de soledad.

Ah,eso, si. Es lo ultimo. Creo que,como a muchos ya les ha pasado y uno realmente nunca les pone atencion, me he encontrado con ese sentimiento desgarrador que todos los dias esta presente durante algunos momentos, en especial los fines de semana. Uno realmente es un pendejo por no darse cuenta de lo que lo rodea. Uno deberia tener presente que la mama esta en la casa, que uno puede llegar tarde pero de todas maneras puede saludarla y ella de todas maneras al otro dia no se va a acordar, que tambien tiene un hermano que silenciosamente presta atencion a todos los acontecimientos de su vida, y uno no tiene la dignidad de prestarle atencion mas de unos minutos al dia. Ademas uno olvida que su hermana nunca esta, pero que cuando aparece puede durar horas enteras hablando, y contandose cosas con ellas, y pidiendo y entregando consejos, y que con esta distancia las conversaciones pierden su emocion y ahora tienen un sabor mucho mas funcional, de cómo esta y como le ha ido, digame esto y le respondo lo otro. El papa que regana por todo pero se da cuenta minutos despues que la embarro, y todo el mundo que uno se encuentra en las escaleritas, en la cafeteria, o en cualquier lugar fisico donde los pueda ver, oir y hasta oler (si tiene una distancia prudencial). Lo que si me he dado cuenta y que tal vez por eso estoy a veces tan triste, es que tambien deje una novia que me abrazaba duro y contra las puertas de los ascensores, que monto conmigo todos los tres meses y unos dias en bicicleta por la 19, que me corigio toda la tesis para que no estuviera estresado, que me pego dos o tres veces para que dejara de roncar, que no puedo tocar su cara con mi mano ni su mano con la mia, y que tampoco puedo llamarla y decirle que ya voy, sino llamarla y preguntarle que cuando viene. Y entonces me acuerdo que me dieron un libro y un curso de PNL como premio por decirle a un grupo de personas que el lenguaje no es solo lo escrito y lo oral, que lo mas importante es verse las caras, tocarse y olerse. Pero ahora tengo el primero de los recursos para comunicarme, y me siento miserablemente representado por una serie de parrafos mal conectados y sin tildes que tratan sin éxito de hacerlos sentir lo que siento, o hacerlos ver lo que veo. Todo sera por el éxito de la vida y porque esta semana saque ese contrato de cinco mil dolares, y porque estoy en la capital del mundo, con cocacola de un dólar y empire state a tres cuadras. Solito, como el principito en el planeta, sino que no puedo correr la silla cada diez minutos para ver la salida o la caida del sol, tengo que conformarme con la fria vista de ladrillos bien puestos, llenos de personas que, a lo sumo, conocere una infima parte.

Bueno, dejemos de llorar y chao. Ahora no se pongan a pensar que estoy triste. Si, uno se pone triste, pero tambien se rie con la vieja que pasa al lado de uno patinando y con una falda toda rara, o del man que rego el café en el metro y esta hablando con el mismo por su estupidez (autoatribuida) y del otro que oye musica en su walkman y no parece cansarse de mover la cabeza adelanteatrasadelanteatrasadelanteatras. La otra semana hablamos. Adios.

Carlos F. Pardo

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