martes, diciembre 20, 2011

Muerte injusta de un ciclista


Tierra Nativa es un grupo de ciclistas colombianos que es reconocido desde hace varios años por recorrer el país en bicicleta, y ya habían logrado viajar a los puntos cardinales del país en cuatro ocasiones anteriores. Hasta la fecha, nada grave había sucedido con los miembros del grupo, hasta el horrible incidente del domingo.

En su nueva iniciativa, el grupo iba a viajar en bicicleta hasta Quibdó para dictar talleres educativos en esa ciudad. No obstante, el viaje no había durado un día cuando Sergio Muñoz Casas perdió su vida atropellado por un camión. Sergio iba con casco, siguiendo el código de tránsito en todos sus artículos, pero murió. Y con él murió de inmediato también la ilusión del grupo de seguir andando. Como era de esperarse, el viaje a Quibdó se canceló y todos volvieron cabizbajos a Bogotá.

Cualquiera que anda en bicicleta por Bogotá y Colombia sabe que todos los días corre un riesgo considerable, y que la falta de acciones concretas del Distrito (y la Nación) para reducir ese riesgo lo incrementan cada día más. Cuando salgo cada mañana para la oficina en bicicleta, me despido de mi esposa y mis hijos y salgo muerto del pánico a la oficina en bicicleta, pero lo hago porque estoy convencido de que andar en bicicleta es mejor para todos - los beneficios no son el tema de esta columna. Otros lo dejan de hacer cuando reciben su primer comparendo o cuando tienen su primer “susto” con un carro que les pasa muy cerca, porque dicen que no vale la pena el riesgo. Y vuelven a montarse a su carro. Otros, como Sergio Muñoz, no tienen la opción de decidir en qué viajarán el día siguiente porque otro actor de la vía les arrebata su vida de inmediato.

Falta mucho para que se restablezca la dignidad de andar en bicicleta en Bogotá (y, de paso, en el país). La motorización inclemente de la ciudad, la entrega de licencias de conducción en cajas de Choco Krispis y la ceguera institucional hacia los conductores que se pasan semáforos en rojo y andan constantemente por encima del límite de velocidad nos han vuelto a los ciclistas una carnada fácil, mientras los conductores motorizados andan como si fueran en alfombra mágica: sin pensar cómo conduce ni para dónde.

Necesitamos que se redirija la atención en seguridad vial hacia los más vulnerables (ciclistas y peatones) y que las acciones para reducir los accidentes de estas víctimas no sean regañarlos por cualquier falta inventada por el policía de tránsito. Se debe actuar sobre los vehículos motorizados (motos, carros, buses, camiones) que van por la vía como si fuera una pista de rally y que no tienen respeto alguno por los ciudadanos que tratan de circular a su lado. Necesitamos también que los conductores sepan que deben circular con cuidado porque alguien en bicicleta puede ser su hijo, porque nosotros los ciclistas nos vemos como hermanos.

Carlosfelipe Pardo
Director Ejecutivo
Fundación Despacio
pardo@despacio.org

lunes, noviembre 29, 2010

Obituario: Carlos Joaquín Pardo (1910-2010)



Cuando supe que mi abuelo estaba enfermo y no había querido ir a la oficina, entendí que estaba enviando un mensaje que tal vez pocos comprendimos: el centenario que iba a la oficina todos los días, que pedía taxis para ir en días de pico y placa y que había comprado un caminador para ir a la oficina porque ya sus pies no aguantaban, estaba renunciando a las ganas de vivir que siempre lo habían caracterizado.

La oficina estaba en silencio esos días. No se oía del otro lado una voz tenue pero firme diciendo “Gersey?” ni preguntando “ala, ¿y eso qué es?” cuando veía el computador que había en su oficina. Saber el significado de ese silencio me desesperaba, y me arriesgué a visitar a Carlos Joaquín y saludarlo.

En medio de las discusiones de sus hijos, saludé brevemente y me fui al cuarto donde mi abuelo estaba postrado. Inmóvil, casi inerte, entendió que yo había ido a saludarlo pero siguió acostado. Una segunda señal de su desdén a la vida que nunca se habría esperado de él.

Me pareció claro que él no se había enfermado sino que se había querido enfermar. Le importaban poco o nada las consecuencias que hubiera de lo que se firmara o lo que aceptara. Cuando dejaba abiertos sus ojos grisáceos más de diez segundos uno entendía que su brillo, el de él, se lo había entregado a Julita desde hace 80 años y que nadie lo iba a restaurar sino ella. Era claro que no buscaba nada más aquí sino allá, y que aunque en su cumpleaños de 95 años había alzado las manos en señal de triunfo y le decía hace tres meses a quien lo visitaba que cumpliría “la módica suma de cien años” con orgullo, nada de eso importaba ahora. El amor se había ido.

Yo estaba preparado a que me hablara durante dos minutos, como siempre, y que me agradeciera por visitarlo y me felicitara, como antes lo hacía, “por todo ese progreso”. Eso me habría tranquilizado y me habría ido de vuelta a la oficina, a su oficina, a terminar el día sin pensar mucho en la visita que hice.

No pasó así. No me dio dos minutos de cortesía para después despedirse. No reiteró su carácter fuerte y casi antipático cuando una conversación no le interesaba. Con eso supe que ya había decidido morir.

Mi abuelo me cogió la mano y la apretó. No el apretón de saludo sino el apretón fraternal, el de compartir un sentimiento que además de palabras necesita contacto físico. Las dos frases que dijo me dejaron inmóvil, y las memoricé porque ahí supe que las decía a manera de despedida: “"Espero que progreses en lo financiero y en lo espiritual para que puedas hacer una carrera paralela entre las dos: lo espiritual y lo físico".


Justo cuando supe que se murió me quedé pensando que no era algo inesperado. Que había estado bien mi despedida y agradecí que estuviera ya en paz y con su “chinita”. Llamé a mi papá y cuando colgué después de hablarle fue cuando entendí: la persona a quien me parezco más que a cualquier otro de su familia, el que me pagó la mitad de la universidad y después me reiteró mil veces que era bienvenido en su oficina por el tiempo que quisiera, y el que respondió que no le gustaba “enfriarse las patas” cuando le ofrecí un piso nuevo para reemplazar el tapete de treinta años que él tenía ahí, se había muerto. Ahí lloré.

Carlos Felipe Pardo, noviembre 29 de 2010.

viernes, mayo 01, 2009

tita

Tita no se podía morir, ella era eterna. Uno no se imaginaba que se fuera a morir, por lo menos hasta el momento en que nos dijeron que había muerto. Después de una hora del shock, pensé en la primera vez que la había visto… o más bien, la primera vez que me acordaba de haber estado con ella. Como mi memoria es tan mala, solo me acuerdo de una vez que nos llevó a algún sitio en el Fiat Mirafiori que tenía. Obviamente, ella estaba manejando, y obviamente a mí me parecía raro que una persona tan vieja estuviese todavía manejando un carro (y nótese que esto es hace más de 25 años…).

Después me traté de acordar de la última vez que la ví. Fue el día antes de venir a Londres, que fuimos a despedirnos (tal vez sabiendo que era la última despedida, o más bien casi seguros de ello). Gabi le había bailado el día anterior pero ese día no estaba tan amable y se quedó al lado, aunque al final le dimos un abrazo entre los dos. Tita estaba totalmente dormida, casi sin poder hablar del sueño.

Pero lo decidí: esa no fue la última vez que la vi. La última vez que vi a Tita realmente fue el día que fue de visita donde Lili, que yo me senté con ella y con Mamima a hacerle preguntas sobre su hermano. Como siempre, lo que quise fue hablarle como a una cualquier persona. No le hablé duro ni le pregunté las cosas más de una vez, ni le hablé como si tuviese un altoparlante en medio de una plaza.

Lo interesante fue que me respondió como cualquier persona, y se le notaba la lucidez cuando hablaba. Se acordó de su hermano, de los viajes que hacía y comenzó a contar una historia de un viaje que hizo Fernando con Álvaro Gómez y alguno de sus primos. Mientras contaba esa historia le brillaban los ojos, y uno se daba cuenta que los ojos son en verdad la ventana al alma. Tita se estaba acordando de su vida, de la vida que ya no tenía, que le arrebataron con peleas y angustias y, al final, con caídas.

Es que la vida no se termina sino que nos la arrebatan. Nuestra vida es la lucha contra lo que nos quieren arrebatar. Si sabemos luchar, vivimos más. Tita luchó por su vida durante 92 años, hasta que vivió su muerte totalmente borrosa, despidiéndose de los que no estaban ahí. Su último día lo vivió con la vida ya arrebatada. Pero la entregó cuando ella quiso, no cuando se la pidieron, ni siquiera cuando su mamá se la pidió entre sueños.

Entonces corrijo lo que decía al principio: Tita no se murió: Tita es eterna.

jueves, diciembre 18, 2008

Nostalgia en teertS drofxO

(este es el correo peor escrito de la vida. No me importa, ahí va)
Esto tiene que comenzar con Gabi bailando. Por las mañanas, después de que nos ha estado tratando de convencer desde las 6am que, aunque está oscuro le parece indispensable salir a ver televisión y gozar de la oscura mañana, nuestro sueño se ve imposibilitado y tenemos que despertarnos (Adri antes que yo, generalmente) y llevarla de la mano para que vea cómo comienza el canal de niños. La forma como pide todo esto es simplemente diciendo “mamáaaa... hola... curururuuuro, tchn” (es decir: mamá, hola, está oscuro yo sé pero vamos, quiero ver televisión).
Después de uno o dos breves programas de 15 minutos, el hambre no la deja pensar y Gabi comienza a exigir desayuno (no ha aprendido a decir hambre porque desde que es chiquitica, Adri le enseñó a hacer un gesto con la boca para que supiera cómo decir que tenía hambre... entonces no hace nada más sino eso). La sentamos en su sillita y queda a nuestra misma altura de la mesa. Apagamos la televisión (o nos lo pide, porque sabe que es un requisito para poder desayunar o comer), y prendemos la música.
Si es Step 15 (Radiohead), Gabi queda particularmente feliz: hace su protobaile (en parte enseñado por su papá, que siempre se quedó en un protobaile entonces puede enseñar a su hija como si tuviesen la misma edad): sonríe y mueve las manos para arriba y para abajo, después sube y baja los puños y se zarandea un poquito, pero no tanto para desorganizar todo. Es uno de los momentos con los que uno se da cuenta que está vivo. Eso y ver a Adri sonreír. Pasa exactamente lo de la canción: “your smile speaks books to me”. Por eso siempre me parece tan importante hacer sonreír a Adri todos los días . Con Gabi es más difícil a veces... es más seria que yo (eso es posible?)
En verdad, estar aquí con las dos es lo que colorea la vida en Londres. Si no estuvieramos los tres, creo que me habría devuelto hace rato (más le vale, dice Adri cuando lee esto, lo aseguro). Esque Londres...
Miren, yo sé que yo soy super criticón cuando llego a una ciudad. Adri siempre me molesta porque lo único que hice cuando estaba en Bangkok fue criticar la comida, hacerme el enfermo, enfermarme del hambre y adelgazar. Cuando ella fue le pareció lo máximo la comida y no entendía cuál era toda mi joda con las cosas allá. Pero esta vez es verdad! Si nadie me va a creer, tengo que dar ejemplos.
Primero, el famoso pig in a blanket. Sólo pronunciar ese nombre ya me hace tener arcadas y el señor al lado mío en este avión me mira sin entender cómo un computador cuya pantalla solo muestra letras me está haciendo vomitar...el continúa con su lectura de una revista ridícula y yo continúo con mi historia.
El pig in a blanket lo descubrimos (o nos descubrió, o más bien nos atacó) en Greenwich. Nos fuimos para el observatorio y, aunque sabíamos que era lejos y que no íbamos a encontrar nada distinto de relojes y telescopios, nos fuimos para allá sin comida (ni siquiera una snickers ni unos pistachos, nada). Sonó el reloj de mediodía y, cual hombre lobo en plena conversión, Adri y yo acordamos tácitamente que nos dejaríamos de hablar hasta encontrar algo de comer, porque sino cualquier comentario podría convertirnos en presa del otro. Gabi estaba feliz comiéndose cualquier galleta (“teteteeta”) y no tenía síndrome de hombre lobo. Bien por ella.
La pequeña cafetería de Greenwich, además de cara, era ridículamente sencilla. Su menú estaba compuesto por dos platos tipo almuerzo: una sopa y unos pigs in a blanket. Como era de esperarse, Adri quería probar “eso tan raro que hay ahí”...pero lo más grave fue que yo, como nunca lo hago, me dejé convencer y accedí a probar el tal pigs on a blanket.
(me detengo un momento con los ojos llorosos porque no puedo seguir escribiendo con ese recuerdo del platillo en cuestión)

Creíamos que la palabra “sausage” implicaría que íbamos a comer algo conocido por nosotros como “salchicha” o “chorizo”, debajo de ese hojaldrecito con rotos que nos habían entregado. NO. Esto era una especie de carne molida, húmeda y escupida por la señora gorda de la cocina, introducida cuidadosamente dentro de un sleeping bag de hojaldre. Guaca guaca guaca guaca. La mejor manera de imaginarse lo que sentí al probar eso es imaginarse que alguien llega de una caminata por una montaña con tenis y uno le quita la media (tibia aún) y la trata de comer. Exactamente el mismo sentimiento, solo que menos agrio. Eso es a lo que sabe el pig in a blanket. Y eso fue lo que tratamos de almorzar. Sobra decir que el marrano en cobija terminó siendo huésped del basurero del lugar y nuestra visita al meridiano cero quedó truncada por nuestra inevitable necesidad de comer algo.
No es solo eso. Además, el pedazo de carroña suave que acabábamos de probar y desechar nos costó la módica suma de 7 libras a cada uno (en aquellos tiempos de economía estable, 28 mil pesos. Hoy, más bien 25mil). Tuvimos que salir corriendo para un restaurante mexicano que había cuesta abajo para almorzar en verdad.
No obstante lo anterior, yo no he aprendido a cocinar un carajo. Adri es la que ha logrado aprender aquel extraño arte. Bueno, no hay que negar tampoco que en Septiembre, cuando estábamos en el apartamento de Claudia y todo era un caos, almorzar en la casa era también un poco de un reto…lo que yo hacía era imaginarme que estábamos en un campamento o algo así. Pero ahora ya de verdad verdad es un placer. Hasta a veces Adri nos sorprende con unas manzanas con canela cocinadas en el horno y todo, creo que fue una receta que sacó de internet (como todo). Pero para qué, la señora sí que cocina, ala.

“Y Londres qué? Chévere?” La clásica pregunta por skype o facebook. Pues... no es el momento más propicio para dar una opinión. En este invierno (o comienzos de invierno), todos tenemos gripa siempre. Al salir de la casa por la mañana uno se acuerda de los muñequitos animados donde el viento tiene brazos y le pega cachetadas a los transeúntes. Es igualito: salga usted de la casa y recibirá un par de bofetadas de frío que además le dicen “aguante que esto, aunque usted no lo crea, todavía es otoño”.
Yo todavía no entiendo esa estafa de otoño- invierno. Cuando uno era chiquito tenía la idea sencilla de que navidad era invierno y que vacaciones largas eran verano. No es así? Aquí, por lo menos, parece que navidad la corrieron para atrás o el invierno lo corrieron para más tarde. Cómo así que en febrero y marzo va a seguir haciendo frío y que enero y febrero son los peores meses? PEORES? Por favor! Cuándo fue la última vez que yo, oh gran guerrero del frío, salí sin saco de esta casa? Mejor dicho, aquí es perfectamente claro el cuento de hibernar. Si yo pudiera, lo haría. Comería durante un par de semanas hasta reventarme y me acostaría debajo de varias cobijas para despertarme tipo marzo o abril. Aunque he averiguado y parece que es más difícil de lo que uno cree: habría que pagar cosas por adelantado las cuentas, conseguir un médico que haga una excusa médica explicando la pulsión de hibernación que uno posee, etc. Ni modo...
Pero el frío realmente no es lo más problemático. Para mí es la oscuridad. Todavía no logro entender cómo a las 8am uno todavía se siente como si se hubiera despertado temprano para ir al colegio porque toca prender la luz para desayunar, y peor aún que a la hora de las onces se va el sol. Eso no se puede! La noche es por la noche! La tarde es de día! Otro mito que se desvanece cada día más... aunque dicen que el 22 de diciembre es el día que es más oscuro. Veremos.
Aunque no todo es malo. Realmente este correo lo concebí caminando por Oxford Street. No es por dármelas. Es porque estaba caminando para coger un bus porque no me había llevado la bicicleta ese día a una tarea que me tocaba hacer por ahí, y era también el último día de “clase” que tenía este primer semestre. Ahí como que desperté: estoy en Londres, esos buses de dos pisos son los de las películas, etc. Como que dije “carajo, yo ya no vivo en Bogotá, estamos con Adri y Gabi super lejos, y esta tarde no me toca leer nada”. Raro, super raro. Creo que me dio un escalofrío durante un momentico, de esos que uno tiene cuando piensa “seguro que está haciendo lo que toca?” Con la deuda tan monstruosa que adquirí para que viniéramos aquí, sería lo primero que uno pensaría, pero solo lo pensé hasta hace una semana.
Ese sentimiento se me quitó al ratico. Las ciudades siempre tienen un olor propio, como si tuvieran piel que sudara un olor específico, y ese día comencé a oler a Londres. Ví un aviso de neon en la mitad de la calle que decía “emocleW oT teertS drofxO” y me quedé pensando qué podría ser eso… Ah, un momento, esque yo iba en sentido contrario a los carros… “Welcome To Oxford Street”. Sí, es Londres. Darwin, los últimos años de Freud, Newton, el meridiano cero, el incendio, Churchill, todo eso fue aquí. A veces me quedo pensando que no es posible que tantas cosas hayan pasado en un mismo sitio, que no entiendo cómo voy de la universidad a la casa y de pronto hay un aviso que dice “Charles Dickens house Museum”… parece como si uno tuviera dos niveles de realidad en la realidad misma: la realidad que uno conoce, la de Bogotá donde saber que Shakira iba a la misa del Cardenal Sancha era un gran acontecimiento, y la otra realidad, la que es más ordenadita. Esque esa segunda realidad es la de los muñequitos animados (nuevamente): uno veía que los niños de los muñequitos vivían en unas casas todas antiguas y que antes había castillos y reyes y todo eso. En Bogotá lo máximo es el Castillo de Marroquín que al final terminó siendo de un mafioso, eso es lo más histórico que se pueda encontrar (si, yo sé, la candelaria y todo eso, pero eso no es de lo que yo hablo). Es parecido al sentimiento que uno tiene en China, eso de “la cultura milenaria” y todo eso, sino que uno de China no veía tantas cosas cuando era chiquito sino que sabía que comían arroz y tenían ojos rasgados (que eran rasgados, según mi papá, porque les daban mucho arroz y decían “otla vez alooz” jalándose la cara). Pero Londres es donde esas cosas comienzan y terminan…mejor dicho no sé cómo explicarme, es muy raro. De pronto eso es lo que le gusta a la gente, porque por el lado del clima y de la comida estamos más bien mal.
La conclusión inevitable de todo esto es que uno tiene nostalgia. La que todo el mundo tiene cuando se va de su casa es la nostalgia del ajiaquito, la familia, la mamá, etc. A mí me hacen falta las bicicletas, el cuadro del pingüino del comedor y los libros del estudio…sí, mamá, tu también pero esque acuérdate que la familia es lo último que uno pierde y por eso uno nunca cae en cuenta que son lo más importante. De pronto tampoco era tan interesante decir que me hace falta lo mismo que a todo el mundo. Como sea, lo primero que pienso en Bogotá es en mis bicicletas, el cuadro del pingüino y los libros que dejé. Mejor dicho me hace falta todo el apartamento, y a veces el clima de Bogotá (que sí, extrañamente uno lo recuerda con envidia). Eso vale como nostalgia?

(Gracias Luis. Si no me la monta, seguro ni siquiera habría comenzado a escribir esto).

domingo, noviembre 16, 2008

Casi dos meses después - qué ha pasado en Londres

Después de casi dos meses de estar en Londres, por fin me siento a escribir algo describiendo lo que hemos hecho. Entonces voy por partes, comienzo por las cosas y sigo con las personas.

La primera cosa de la que habría que hablar es la universidad (básicamente porque por eso estamos todos aquí). Realmente la universidad no tiene "campus", está totalmente metida dentro de la ciudad y es hasta raro porque uno nunca está realmente "dentro"... desde la universidad se puede caminar a los sitios de shows de baile y esas cosas, y también a la parte super antigua de la ciudad. Es en el puro centro de Londres, literalmente.
Los edificios de la universidad son algunos casas antiguas victorianas que han remodelado por dentro para poner salones y oficinas, y otros son edificios viejitos o más nuevos. La semana pasada inauguraron el último, que fue la Reina Isabel a inaugurar (es igualitica a Mamima sino que pura viejita, yo fui de sapo a verla cuando llegó en su Rolls Royce gigante), y que es super tecnológico y sostenible porque hasta la calefacción se saca de debajo de la tierra... mejor dicho yo no entiendo por qué pero el edificio está hecho "con los más altos estándares ecológicos". Lo único aburridor del sitio es que, como son puros edificios dentro de la ciudad, no hay casi sitios para sentarse a leer (además de la biblioteca y los cafecitos que hay por ahí), pero con este frío no es posible sentarse durante un solo segundo sin congelarse.

La biblioteca de la universidad es un mundo aparte. Es demasiado grande, demasiado llena de libros y de computadores, y tiene salas de estudio con pantallas gigantes, todo es automatizado (los libros se piden con una maquinita con código de barras). La parte con libros de ciudades es demasiado grande, yo no he podido recorrer todo, hay libros sobre cualquier tema específico, hasta el plan de desarrollo de Chiquinquirá (literalmente!). Y obviamente, no porque quiera sino porque me toca, me la paso yendo a la biblioteca casi todos los días a sacar libros que toca leer, y a veces hasta saco uno que otro libro que me interesa, pero casi siempre termino devolviéndolo sin haberlo podido abrir.

Las clases son poquitas, muy poquitas. Este "term" tengo solamente tres clases y voy de asistente a otra. Al principio estábamos todos medio bravos porque nos parecía que nos habían tumbado y que era muy poquito para una maestría, pero la segunda semana ya nos habíamos dado cuenta que con una sola clase adicional nos habríamos muerto. Para cada clase hay listas interminables de lecturas (claro, ya estamos cuadrando para repartirnos lecturas, etc), y casi todas las clases son bastante densas, van explicando cosas a mil como si uno entendiera absolutamente todo lo que pasa en el planeta tierra. Además de las clases, todo el tiempo están haciendo conferencias de gente super importante (presidentes de países, de bancos, escritores super importantes, etc). Es como estar literalmente con la crema y nata de lo que está pasando en el mundo. Ayer estuvimos con Sennett en una clase que dio solo para 20 personas (Sennett es un sociólogo super famoso), hace como tres semanas estuvieron Castells y Giddens dando conferencias (otros suuper bastos) y el otro martes está otra gente super pila también. Ayer estaba un tipo de Harvard dando una conferencia sobre tamaño de ciudades e inteligencia, medio chistoso pero interesante. Bueno, mejor dicho hay de todo. Ah, además de las clases y las conferencias hay asociaciones. Yo supuestamente estoy en la de medio ambiente y ética (no he podido ir a ninguna reunión) y la de la Sociedad Colombiana (he ido a las reuniones pero son un desorden inimaginable, da hasta vergüenza). Entonces uno podría estar todo el día metido en la universidad haciendo cosas, yendo a conferencias, leyendo, etc. Claramente, eso para mí es imposible pero le saco todo el jugo que pueda.

Con respecto al estudio, toca leer demasiado, y solamente hay una o dos notas para cada materia en todo el año. Es terrible! Entonces uno tiene que preparar desde ya todo, además de la tesis. Claro que nos ponen unos ensayos "extraoficiales" para que nos den retroalimentación y nos digan si somos brutos o si no nos va a ir tan mal al final. Ah, y la gente con la que estudio es predominantemente brillante. Yo nunca había estado en situaciones donde todas (o bueno, casi todas) las personas que participan en clase dicen cosas supremamente relevantes e interesantes. Es como una película, muy raro. Además, todo el mundo es puntual (siempre llegan 5 minutos antes a todo) y siempre sacan los libros de la biblioteca (cuando yo estaba en la Javeriana creo que era el único que sacaba los libros, todo el mundo se iba a las fotocopiadoras o simplemente no leía). Bueno, en general es impresionante.

No voy a ponerme a decir "qué he aprendido" porque me da pereza. Pero parece que mucho (o espero que sí).

Brevemente, sobre el trabajo: el plan que he seguido (Adri también mientras termina las cosas en las que está trabajando) es estar todo el día haciendo cosas de la universidad, después entre 5 y 7pm más o menos estar con Adri y Gabi, y después de que Gabi se duerme (7-730) me siento a trabajar hasta por ahí las 11pm. Esto normalmente funciona perfectamente, excepto por dos cosas: cuando tengo demasiadas lecturas y no tengo tiempo de hacerlas, cuando hay conferencias por la noche, o cuando Gabi se despierta al otro día a las 4 o 5 am (como hoy) y nos quedamos medio despiertos y terminamos durmiendo muy poquito. Debo aclarar que Adri es la que termina despertándose a hacer todo con Gabi, en parte porque es muy amable y en parte porque yo me quedo dormido como un idiota de todo el cansancio que tengo encima. Pero más abajo hablo de Adri y Gabi. En resumen, estoy tratando de hacer todo lo que pueda de trabajo, porque cada cosa que hago me toca escribirla en una hoja de Excel con la cantidad de tiempo que me demoré haciéndola, y con base en eso me pagan. Esto es mucho más desgastador que antes, cuando yo simplemente iba a la oficina todo el día, trabajaba en todo y me pagaban. Además de esto, tengo tres trabajos chiquitos adicionales (escribir dos libros cortos y revisar otro larguito) para poder tener la plata necesaria para estar aquí. Como todo el mundo nos había advertido, este sitio es MUY caro, en casi todo es exactamente cuatro veces más caro que en Bogotá, y pues yo me gano exactamente un 30% de lo que me ganaba allá. En resumen, ir a comer afuera es un lujo más allá de lo que era en Bogotá. No obstante, todo va bien.

Ahora la casa: cuando llegamos estuvimos en el pequeñísimo apartamento de Claudia (la amiga de Adri), que nos sirvió un montón porque, además de no tener que pagar casi por cosas de arriendo y de mercado, tuvimos mucho más tiempo para ver apartamentos (flats). Fue hasta chistoso porque los sitios donde queríamos vivir tenían uno o todos de los siguientes problemas: eran demasiado caros, eran demasiado chiquitos o eran demasiado cochinos o viejos o simplemente disfuncionales. Para dar un ejemplo, uno de los sitios a los que fuimos tenía una pequeñísisisisma sala, no tenía comedor, un cuarto enano y además el baño estaba dividido entre dos closets: en uno la ducha (inmunda) y en el otro el inodoro (dentro de la cocina!).

Por esto, comenzamos a buscar en otros sitios (bueno, Adri comenzó a buscar, ella fue la que estuvo más a cargo de todo lo de la casa, etc, buscó en todas las páginas, leyó descripciones de todos los barrios, miró dónde quedaban todos los parques, etc). Finalmente vimos este, pero cuando vinimos la primera vez como que no le pusimos casi atención, tal vez porque no era exactamente lo que queríamos (qué joda, ala). Después de unos días volvimos a ver más apartamentos pero todos eran enanos, etc... entonces yo saqué la plata para "pisar el negocio" y nos fuimos a ver otro apto, pero terminamos diciendo que queríamos pedir este. El proceso aquí es super raro: uno tiene que entregar la plata de una semana de arriendo para que la inmobiliaria llame al dueño del apto, y se comienza la negociación. Si todo sale bien, uno tiene que pagar seis semanas de arriendo anticipadas, más un cargo administrativo y un montón de papeles. Como pedían un codeudor inglés con finca raíz, pues yo les eché lora y finalmente quedamos en que pagábamos 2 meses y medio de anticipo (!!!), además del cargo administrativo.

Obviamente, esto descuadró todas nuestras finanzas, y gracias a Dios yo tenía la plata de Icetex porque se fue casi todo en ese tal depósito. Esa plata nos la devuelven solo cuando nos vayamos... eso se puede ver como algo negativo o positivo, pero pues preferimos verlo como algo positivo (ahorros para volver a Bogotá).

Uds ya vieron fotos de la casa y el videito. Hoy (por fin) están quitando los andamios de la obra y ojalá limpien la entrada que parece más bien un pequeño basurero que una casa (pero pues así son todas las obras). Lo que parece es que estos tipos son peores que los carpinteros en Bogotá: dijeron que se demoraban 3 semanas haciendo todo lo que tenían que hacer, y hoy (unas seis semanas después de que comenzaron) están bajando los andamios, aunque no han pintado nuestra puerta. Veremos... Pero la casa es super chévere, un poquito fría pero se siente super rico. Todos los muebles son de madera, y mi estudiecito es perfecto para concentrarse a hacer cosas. Además está la puerta que divide la sala comedor de los cuartos y mi estudiecito, entonces durante el día sirve para que yo me concentre y Gabi juegue con Adri, y por la noche sirve por si tenemos que hablar por teléfono con alguien.

Como habrán visto por fotos, la sala es realmente el sitio de juego de Gabi. La primera semana en este apartamento le compramos un sofacito de inflar, y después Adri consiguió la cocinita esa. Además cada rato sacan libros para niños de la biblioteca que queda a tres cuadras, y Gabi tiene su gaveta en la cocina de donde puede sacar cosas (al principio sacaba cosas de todas partes, pero Adri le explicó que podía sacar cosas solamente de una de las puerticas, que es donde están todas las cocas plásticas). A veces cuando estoy trabajando en la casa ella se asoma por la puertica y me viene a contar alguna cosa, y si tengo los audífonos puestos me pide que se los ponga un ratico. Después de 30 segundos se desespera y se va a jugar más, y a ver televisión.

Nuestra televisión está prendida casi siempre cuando estamos en la casa (excepto durante las comidas), en el canal tipo "discovery kids" de la BBC, y todo el día ponen los mismos programas, casi siempre repetidos. Obvio, gabi es feliz y baila y canta y ya sabe la mitad de los personajes que hay por ahí. Adri y yo obviamente ya cantamos una que otra canción (mi programa preferido es "Big and Small").

Adri y Gabi se la pasan yendo a cosas en las bibliotecas que hay aquí cerca (dos bibliotecas municipales donde hay eventos para niños dos o tres veces a la semana, y siempre cantan "the wheels in the bus go round and round..." y otras canciones típicas. Gabi a veces, especialmente a las 630 am, pide que Adri le cante una canción que se llama "Zoom zoom zoom" porque al final toca botarla para arriba y le parece lo máximo. También van a un gimnasio municipal donde hacen yoga y otras cosas, y donde hay una guardería por si Adri va a hacer ejercicio por su lado. No obstante, la última vez Gabi lloró durante un rato largo entonces por lo pronto no está quedándose en la guardería. Además el gimnasio tiene una piscina y Gabi es feliz allá cuando van a nadar. Yo todavía no he ido al tal gimnasio ese, espero poder ir rápido.

Si no están en las bibliotecas o en la casa o en el gimnasio, se van un rato para alguna librería (donde venden los libros) donde también tienen un espacio para niños y Gabi se dedica a sacar toodos los libros que se encuentra en los estantes. Lo bueno es que el sitio está tan desordenado que no importa, es exactamente para eso. Entonces tienen bastante que hacer!

Bueno, en parte ya conté cosas sobre Gabi y Adri, entonces creo que no tengo que contar casi cosas adicionales. Gabi ya tiene dos dientes arriba y le están saliendo otros más (arriba y abajo), y por eso parece que está a veces más brava que de costumbre. Ya está diciendo más palabras, y casi siempre les mete sílabas adicionales (mandarina termina siendo "labarandaradariiina" o cosas así). Adri a veces actualiza una lista de palabras que dice (bueno, que trata de decir y le salen parecidas). Va la lista completa (hay unas que se le han olvidado, pero básicamente son estas):

14 meses:

Cacn (casco),Capacn (zapato),Mamá,Papá,Caca (Clara, la empleada),Wuwo (jugo),Wawa (agua),Má (más),Peee (pez),Nana (abuela Liliana) –actualización 16 meses ya dice Nini,Al (aló),Tete (tetero),Oto (otro),Ecayo (se cayó),Mba (bomba)

Sonidos:

Cococo (glup, cuando quiere tomar algo de un vaso),Cacacacac (cua cua),Bowow (guauguau),Muuuuuu,zzzzzzzz (abeja),jojojoooo (papá noél),u-u-u a-a-a-a (mico),15 meses,champú (papú),tapa (papa),vaca,mandarina (miiina),ardilla (dilla),pan,blueberry (buuube),Ale,Hebilla (billa),popó,huevo ,

16 meses:

pavo,salchicha (atita),bota,niña (iinnna),gorro (grogro),media (maia),nariz (aniii),boca (coca),Tita,Pete,Claudia,Gabi (aaavi),Frutas (puta),Ropa (popa),Pipí,Se acabó (acabó),Iggle Piggle (ico pico),Charlie y Lola (dilola),Pocoyó (opoyo),Libro (ibo),Banano (anan),Uva,Galleta (ateta),Hola,Burbuja (buuja),Uña (ña),Gafas (alala),Caballo (iijijiji),Dientes (tete)

Entonces dice bastantes cosas. Lo mejor es que ya está haciendo frases simples: Ayer dijo "quiero agua", el otro día dijo "más milo en la boca"... bueno, en su forma de decirlo pero lo dice. Además cada vez que alguno se va de paseo con ella a un parque o algo, cuando vuelve y me ve o ve a Adri (el que se haya quedado), comienza a contar todas las cosas que vio ("cacacaca, wuwuwuw", etc). A veces también se acerca a Adri o a mí y echa una lora larguísima tratando de explicar algo que pasó, pero pues ni idea a qué se refiere. Normalmente eso pasa por la mañana cuando se acaba de levantar, que sale del cuarto y dice "cuuuro" (oscuro) y después cuando uno prende la luz empieza a decir un montón de cosas. Además ya está caminando a toda mecha y a veces cuando uno sale a caminar con ella cargada se pone super brava porque se quiere ir a pie (obviamente un viaje a la esquina con ella se demora dieciseis años más, pero ella es feliz).

Y listo. Creo que eso es lo que tenía que contar como para desatrasarlos. Ahorita está haciendo bastante frío (más que todo en las mañanas) y hace unas semanas nevó durante unos 15 minutos pero no más. El martes me pegué mi primera emparamada completa, entonces el jueves conseguí pantalones para la lluvia y todo para el frío porque aquí, a diferencia de Bogotá, sí hace frío de verdad! Ah, eso faltaba: todos los días me voy en bicicleta a la universidad, a veces es super pesado por todas las cosas que llevo en la maleta, pero normalmente no es tan grave. La bicicleta que compré es lo máximo, super liviana, super rapidita y en la universidad hay varios sitios para dejarla. El candado que compré pesa más que la bicicleta entonces ha servido para que no se la tumben (aunque en la universidad no se tumban ni un esfero, es muy basto).

Lo último será describir los fines de semana: cada fin de semana planeamos qué sitio vamos a visitar, porque con Gabi toca tener las cosas super bien planeadas para no devolvernos muy tarde, para tener un sitio para almorzar a la hora que ella tiene que comer, etc. Por eso es que cada fin de semana les mandamos foticos de sitios. Aunque el sábado antepasado llovío el día entero, y ese día fuimos hasta Greenwich al museo astronómico, y volviendo nos pegamos una lavada terrible, pero nada grave. Es chistoso porque normalmente la gente se queda echada en la casa pero pues con Gabi eso es como difícil. En el apartamento de Claudia cada ratico se iba para la puerta y decía "mammm" ("vamos") para que la sacáramos a algun sitio. A veces todavía dice eso, especialmente cuando está aburrida en una visita o cuando están en un columpio y se quiere bajar. Se pone seria y le dice a Adri o a mí "mammm", entonces uno se va. Claro, si se quiere quedar (como en la piscina) arma un escándalo como si fuera el fin del mundo, pero después de un ratico que uno le charle y le muestre otra cosa y la haga reír ya se calma.

Bueno, eso es todo. Espero que hayan quedado informados. Es mejor contar esto cada rato largo para que sea más completo el cuento que uno escribe, en lugar de estar escribiendo pendejadas cada semana. Además con el ritmo de trabajo que llevo, realmente es muy difícil gastarme un rato largo escribiendo. Por eso mandamos tantas fotos, porque es mejor ir a visitar sitios en el tiempo libre y tomar fotos. Esta ciudad es muy bonita y tiene sitios divinos, como han visto por las fotos.

Chao.

domingo, octubre 05, 2008

Primera semana

(lo habia quitado, lo volvi a subir hoy... para esta semana no hay nada todavia...)

Hay demasiadas cosas por contar. Uno no creería que tanto se pudiera

hacer en una semana, pero lo hemos hecho. Esperamos que lo de abajo
responda todas las preguntas que nos han hecho y cuente más cosas.

Comencemos con Gabi: Su más reciente adquisición comportamental ha sido
pararse frente a la puerta del "apartamento" y decirnos "mammm" (es
decir, "vamos") mientras señala con la mano extendida hacia la puerta y
mira sin parpadear. Ha aprendido también nuevas palabras como ardilla (illa)
gracias a una vecina de dicha especie que viene a pedir cacahuetes todos los
días a la ventana de la cocina. Y los sonidos de los animales los tiene
dominados, hasta frunce la nariz cuando uno dice conejo.
Está feliz con los patos que pasean por el canal que queda a dos cuadras
de la casa, y les grita "cac caaac caaac" cuando los ve, y también está
feliz con el agua de ese mismo canal (cuando llega dice "aaaaaawa"). Al
parecer no entiende bien cuando le preguntan cosas en inglés porque se
queda mirando a su interlocutor y no responde nada (en Bogotá les hacía
alguna cara de inmediato... aquí también, pero si le hablan parece que
entiende que no es su lengua materna o algo así... bien raro. Cuando uno le
traduce sonríe y saluda o manda besos a los extraños). También
está feliz con los espacios para niños en las librerías que hay cerquita
de la casa. De resto, sigue siendo la misma cerdita de siempre, solo que
poco más chinche cuando tiene sueño porque todavía no tiene el horario de
las siestas cuadrado.

No sobra contar la llegada al apartamento (el primer día, esto ya lo
contamos a algunos, así que si ya oyó la historia salte al siguiente
párrafo): Teníamos todas las
instrucciones de Jorge (en gran detalle) para llegar sin problemas por
el metro. Teníamos decidido rotundamente que nos íbamos a armar de valor
y que haríamos por lo menos el viaje hasta King's Cross y que de ahí
cogeríamos taxi. No obstante, después de todas las horas de vuelo, y de
esperar más de media hora que buscaran el coche de Gabi y no lo
encontraran, y ante la vista de todas las maletas y de Gabi toda cansada
(y del "tip" del man de las maletas perdidas que dijo que no nos
fueramos ni por el chiras en tren), pagamos la módica suma de 77 libras
(el estimado que Mónica hizo, casi exacto) de un taxi desde el
aeropuerto hasta el apartamento. Llegamos casi de noche y casi no
encontramos las llaves (Jorge las había escondido bastante bien, no
obstante las descripciones detalladas) y caímos muertos del sueño, todos
en una sola cama mientras Gabi buscaba su mejor posición para dormir
(durante dos horas).

Ahora el apartamento. Claudia y Jorge nos hicieron el favor más grande
del mundo en prestarnos su "flat". Es la vivienda más pequeña que
hayamos visto... una especie de cuarto extendido para tener un baño,
comedor y cocina todo-en-uno, donde las únicas puertas son las de la
entrada y la del baño-closet. De resto es "un solo espacio". Cabe anotar
entonces que no se puede respirar sin olerle el aliento al (la) vecino(a), y

que Gabi no ha tenido tanto espacio para jugar como querría (un segundo
está en la puerta pidiendo que salgamos, y el siguiente está botando
muñecas por la basura de la cocina - las encontramos horas después cuando
estaba botando un esfero ahí mismo). Claramente, hay internet, y
claramente Carlie salió el segundo día a comprar un router inalámbrico
porque solo había espacio para un computador y la "adicción al internet"
no era normal. Además, la mesa de comedor también hace las veces de mesa
de trabajo, mesa de desorden, biblioteca y mesa de noche. Tenemos toda
la ropa en las maletas (adecuadamente re-organizada) y hemos hecho
malabares por no sentirnos aglomerados. Tenemos un sitio con lavadoras y
secadoras a media cuadra, y un sitio de un turco donde compramos los
pistachos y las gaseosas.

Ahora, el futuro apartamento: después de buscar en internet y llamar a
varios sitios, el jueves y el viernes tuvimos algunas citas en apartamentos.
Uno
cerca de aquí que estaba medio feo y medio chiquito, pero tiene un
parquecito atrás, otro SUPER bonito pero BIEN lejos, y otros tres que
Carlie vio cuando lo llevaron en un Mini Cooper 2008 de la inmobiliaria
a verlos en segundos... todos tres bien bonitos, pero la inmobiliaria
cobra casi 400 libras (1.6 millones) de cargos administrativos (sí, al
arrendador!). Ayer en cambio vimos uno bonito y cerquita, ese va ganando,
falta ver el lunes que tenemos otra cita. Veremos qué nos depara el destino.

Ahora, la universidad de Carlie: la primera "reunión" fue el jueves,
donde decían que había una sesión de registro de 1030am a 230pm...
realmente era hacer una fila, decir el nombre y recibir el carnet, una
cuestión que tomó máximo 10 minutos y listo. El resto de vueltas
relacionadas con la universidad han sido buscar los libros (están en la
biblioteca (http://flickr.com/photos/carlosfpardo/2887603961/) pero hay
una sola copia de cada uno entonces mejor comprar los más importantes...
sí, hay librerías gigantescas con todos los libros que uno siempre ha
querido... qué tentación. Sobre la bicicleta, ha sido difícil: después
de visitar por lo menos 4 bicicleterías distintas y ver varias
bicicletas, se puede extraer una conclusión: las bicicletas aquí son
caras, se las roban bastante pero hay que comprar una pa transportarse.

El miércoles fueron las dos peores experiencias hasta la fecha: el
registro de policía y el metro en hora pico. Ninguna de las dos
recomendables. El registro de policía, según LSE, consistía en ir a una
estación de policía (favor llegar temprano, decían) y registrarse con
nombres, pasaportes y pagar 34 libras. Lo que no decían era que uno iba
a estar haciendo dos filas y después esperando que llamaran un número
para ir a sentarse, esperar a que llenaran un formulario y que
entregaran un papel brillante con una foto y los datos de dirección que
uno tuviese. Lo que tampoco decía era que el proceso podría tardar 5
horas y media y que no había sitios de comer cerquita.... tampoco decía
que de las 5 horas y media por lo menos la mitad tendrían que ser
haciendo filas... y ese mismo día tuvimos la fantástica idea no sólo de ir a

distraernos a Oxford Street con Gabi (que de por sí ya era un poco
osado dadas las aglomeraciones de esa calle),sino también de irnos en metro,
con
coche y en hora pico (!). Para eso fue necesario hacer lo posible por no
ser arrollados por una inmensa multitud y tratar de no sofocarse con la
cantidad de gente que había en el metro. También fue necesario armarse
de valor ante una de esas situaciones de algunas estaciones que uno no
prevee: un aviso que decía "puede subir 107 escalones para salir o usar
el ascensor para llegar a la salida"... junto a una fila de por lo menos
60 personas que querían entrar al ascensor y otro mar de gente subiendo
las escaleras. Decisión: el metro con Gabi será solo para situaciones en
las que no haya otra opción. Decisión 2: la bicicleta hay que comprarla
ya.

Hoy sábado fue el primer día de turismo real que tuvimos. Fuimos a lo
típico: Picadilly, Palacio de Buchkingham, Hyde Park y otros parques y otros
sitios del centro. Vimos el cambio de guardia, una cosa ahí de la
caballería, miles de patos, pelícanos, palomas y demás seres plumados con
los que Gabi fue feliz. Mañana seguiremos con nuestro itinerario turístico y
el lunes seguiremos con nuestra vida de no turistas.

Por lo pronto, todo bien. Esperamos lograr escribir al final de cada
semana para que estén todos informados. Estos días ha sido super difícil
tomar fotos y mostrar cosas, especialmente por lo que hemos estado
buscando aptos, consiguiendo cosas y consintiendo a Gabi para que se
sienta mejor, entonces no hemos podido responder correos. Pero las fotos
están en www.flickr.com/photos/gabipardoh , ahí estaremos subiendo las
nuevas.

Listo, saludos. Esto es escrito por Carlie y Adri, entonces si dice "los
queremos mucho" o cualquiera de esas cosas, lo escribió Adri.


LOS QUEREMOS MUCHO! (esa soy yo, efectivamente. Ese Carlos es más seco!).